miércoles, 24 de noviembre de 2010

“Marcha, lacrimógenas y shock”

El 18 de agosto, asistí por primera vez en mi vida a una marcha, la movilización estaba convocada por la Confech (algo así como el centro de alumnos que rige todas las universidades), y se iba a marchar en contra de la privatización de la educación. Como verán más adelante ésta no pudo ser llevada a cabo.

Llegué sola, alrededor de las diez de la mañana a Plaza Italia, el lugar estaba más bien desocupado, a esa hora se encontraban varios equipos de prensa y representantes de unos cinco colegios, los alumnos secundarios no eran más de 500. Frente a ellos, más de diez carabineros en caballo y unos 20 a pie. Más lejos se encontraban “cucas” y “guanacos”, calculo que en conjunto eran diez vehículos de fuerzas especiales de carabineros. Noté que estaban totalmente organizados, hablaban por radio y se miraban, como si hubiera un grave problema o una amenaza. Con sus trajes parecían listos para ir a la guerra de Vietnam, todos de verde, con cascos de astronauta camuflado.

Las alumnas del Liceo 1 estaban al medio y en el frente, con una pancarta blanca que decía: “Liceo1 defendiendo la Educación Pública”. Camarógrafos gravaban las caras de las niñas mientras ellas vociferaban sus cánticos muy bien aprendidos. Me las imaginé en recreo anotando las letras de los gritos en la pizarra, cantando juntas, hasta que todas los aprendieran.

Así pasó la hora, y poco a poco comenzaron a llegar más estudiantes, ahora también universitarios. A las 11 de la mañana, estaba llenísimo. Habían llegado mis compañeros del ICEI, la gente de la Católica, muchas facultades de la Chile, otras universidades y colegios.

Como es natural, los alumnos de las universidades más tradicionales de este país tomaron la dirigencia del conglomerado y se ubicaron frente al contingente policial. Desde esa perspectiva, a unos 10 metros de los tortugas ninjas, podía ver como se desarrollaba la primera parte de una marcha. Los líderes de cada grupo iniciaban un canto que seguían las personas que se encontraban más cerca, en momentos se escuchaban cantos simultáneos, como atropellándose, pero otras míticas veces, quizás por un silencio repentino, el llamado se hacía extensivo espontáneamente y en un momento de coordinación mágica, muchísimas personas se unían en torno a un solo ritmo. Se sentía la potencia del mensaje y la fuerza con la que cantaban los concurrentes. En eso nos encontrábamos cuando llega un comentario de que la marcha que había sido autorizada, se desautorizó.

Mientras los dirigentes que se encontraban cerca de mí pensaban que hacer, y los alumnos seguían con el ritual agitador, vi un chorro de agua volar en las alturas hacia nosotros, cayó con una fuerza implacable sobre mis compañeros, algunos de ellos se alcanzaron a tapar con el lienzo de plástico que traían, en mi caso no fue así y mi espalda sintió el golpe. En cosa de 1 o 2 segundos comenzaron a escucharse bombazos.

Aún no tenía miedo, comencé a correr en dirección contraria de donde venía el chorro, mientras sentía la picazón que había provocado en mi piel el agua del guanaco. En cosa de 15 segundos, ya no podía ver, ni respirar, el gas lacrimógeno estaba haciendo efecto en mí. Claramente perdí de inmediato a todos mis compañeros mientras intentaba caminar entre esos cementos que dividen el pasto de la arnilla sin caerme, y tratando de esquivar a los cientos de estudiantes menores que yo, que corrían despavoridos por un poco de aire sin gas.

Estaba en esa búsqueda realmente desesperada cuando una bomba o un zorrillo, no sé bien qué, tira justo el gas a mi lado, mi pañuelo empapado ya no servía de mucho y los llantos de las niñas a mi alrededor me tenían histérica. Así fue como troté (temía correr y que el gas entrara aún más en mis vías respiratorias) hacia una calle pequeña.

Cuando estaba entrando ya no podía respirar, la sensación era como que me quemaran la piel de la espalda y los brazos, a la vez que la garganta y los pulmones ardían como si hubiera jalado un concentrado de ají muy fuerte, los ojos lloraban como frente a una súper-cebolla, agregado a eso :el terror.

En ese intento de mantenerme caminado, escucho que no vayamos por ahí, que vienen los pacos por la otra salida, una de las universitarias insta a que levantáramos las manos, en señal de rendición, todos lo hicimos y como no quedaba otra, caminamos lentamente hacia los carabineros con las manos en alto. A pesar del gesto tiraron otra bomba en el callejón, estábamos atrapados, aún tratando de reponernos, y nada que hacer, correr.

Llego a una esquina llorando, y me encuentro con una fila de carabineros con escudo... como no podía ver bien, y lo único que quería era cruzar Vicuña Mackenna, choqué contra uno de ellos, me empujó con el escudo y me miró con una cara de satisfacción única.

Mojada seguí caminando mientras le pedía un limón a un niño, ya podía respirar, pero el calor en mi piel era insoportable. Me encuentro con una amiga, comienzo a preocuparme por los demás y a buscarlos, mientras caminaba se escuchaba que desde atrás todos corrían, una vez más nos perseguían, la angustia y la rabia se respiraba, todos gritaban ¡Esto no es justo!, ¡No alcanzamos a dar ni un paso! Y llegaron de nuevo, el aire inyectado de dolor se hizo presente ya no solo para nosotros, si no que para oficinistas y trabajadores.

Corrí despavorida nuevamente, y con terror de que apareciera un zorrillo, intenté entrar a un almacén o a un local, pero la gente nos cerraba las puertas. Como si fuese un delincuente me escondí tras de un auto, me sentía perseguida y en verdadero peligro, nunca había sentido que algo pudiera atentar contra mi vida, contra mi integridad física de esa forma, tengo contemplados en mi mente accidentes, enfermedades, pero que el gobierno ponga a los carabineros (según me comentaron) de 5 comunas, listos y dispuestos, a hacerme vomitar, desmayarme y hasta quizás quedar gravemente herida por las pisadas de mis compañeros.

Me encontré con otra amiga mientras caminaba, y decidí escapar a alguna micro que me acercara a mi casa. En la micro pensaba: ¿para que me metí en esto?, y la respuesta estaba en mi ropa.

Mi polerón blanco estaba manchado de sangre, posiblemente alguien se me había caído encima o algo así. Quedé petrificada cuando me di cuenta, y comprendí el nivel de violencia que había presenciado. “Debemos luchar contra esto” fue mi conclusión.
Si, aun estoy choqueada, no cabe en mi mente que alguien, o algo como el estado pueda venir y maltratarme porque no le gusta lo que hago y es eso lo que alego. Por mi parte, comprare una mascarilla de esas bacanes para que no me hagan daño las lacrimógenas.

Agnóstica v/s Creyente Católica

Agnóstica v/s Creyente Católica


-¿Y tú de que religión eres?
-Agnóstica, creo en una fuerza superior no más, en la que confío. La verdad es que me dan miedo las religiones en general, me dan mala espina, no entiendo por qué alguien deja que le pongan reglas morales. Y tú?
-Pucha, católica. Pero sabí que, no pienso como tú. Mis papas de chiquitita me llevaron a la iglesia, e ir a misa, hacer la primera comunión y todo eso, más que limitarme, me muestra el camino, me enseña. Y a ti no te bautizaron?
-No!, nada de eso, en general mi familia es católica, pero mi mama piensa igual que yo, siempre quiso que la religión fuera un tema de elección, osea, si yo quería, ya grande, convertirme al catolicismo lo podía hacer, pero ella siempre me mostró que uno puede vivir sin necesidad de que exista una institución que dirija tus pensamientos y acciones.
-Ay! Pero si no es eso. El cura te aconseja, los de la parroquia son amigos con los mismos valores, que tiene de malo eso, de hecho, mucho de nuestro trabajo va dirigido al prójimo.
-Si, si entiendo eso de la solidaridad, y lo comparto, pero no encuentro la necesidad de que esté mezclado con una forma de pensar, podrían ser grupos de personas con voluntad de ayudar no más. Aparte que estén mezclados los curas en todo esto me da nervio, esos caballeros no deberían estar cerca de los niños, me dan como asco.
-Pero como dices eso, es una falta de respeto. Yo conozco curas excelentes personas, de toda la vida y nunca los he visto en actitudes extrañas con mis hermanos ni con los miembros de la iglesia, hay algunos jóvenes, como santos.
-Ves que la iglesia te ciega… acaso no has visto en la tele los miles de casos de curas violadores, que aparte de violar niños, se meten con las monjas, y que encima de todo, las autoridades de tú iglesia esconden los hechos y no permiten que la justicia haga lo suyo.
-Pero esos son casos puntuales, un gran error de la iglesia, es verdad, ellos ya no deberían ejercer como curas, pero no por ellos todos los curas son malos. Es una hermosa forma de llevar la vida, imitando a nuestro señor Jesucristo.
-Mira, con respecto a los curas, no digo que sean malas personas, pero la vida anti-natural que llevan es un factor de riego para los niños y niñas que están cerca. Imagínate, deben tener sueños mojados todas las noches, se me hace a que la tienen parada todo el día, mas acomulados los pobres, no me explico como pueden creer, ellos y las monjas, que “su dios” los ha llamado a ese terrible sacrificio, jajaja.
-Ay, como si no pudieran vivir sin sexo, eso es algo que se le entrega a la persona que uno ama, a ella y nadie más, y si tu amor más profundo es hacia dios, él te dará la fortaleza para no pecar.
-Realmente que pena que pienses que el placer sexual sea un pecado, la lujuria es una pulsación natural, que entrega felicidad y placer a quien la sabe aprovechar. Y siguiendo con eso de la supuesta vida de tu señor Jesucristo. ¿No te basta con las pruebas científicas y antropológicas de que es prácticamente imposible que él no haya tenido esposa e hijos a los 13 o 14 años? O que crees que hizo entre los 12 y los 33?
-Pero si las sagradas escrituras lo dicen, el nació del espíritu santo, vivió, entregó el evangelio y luego murió por todos nosotros, para revivir tres días después. Eso es así, no hay duda.
-Pero lo que me dices es como un cuento de niños, es imposible, es una invención basada en otras invenciones creadas por un grupito de humanos que se hicieron la media fortuna gracias a las necesidades de un pueblo inseguro e inculto.
-Bueno, si vas a dudar de la existencia y divinidad de Jesucristo, nada más que hablar. No crees no más. No te ha tocado la mano de dios.
-Claramente no po. Y no quiero que me toque, porque eso significaría vivir la vida llena de miedos, límites, reglas, miraría todo a través de un tubo. Como decía un gran pensador, la religión es el opio del pueblo. La droguita que necesitan para sentirse seguros de que no llegarán al infierno que les inventó su dios. Yo por el contrario vivo libre y sin miedo. Y mejor aún, confiada de que hay una fuerza universal que me ama y me hace justicia, que todo es por algo y yo soy capaz de hacer lo que me proponga.
-Ya po, eso es lo mismo que mi dios…
-Quizás, pero el tuyo está bañado de sangre de las cruzadas, de sangre de castigos, lleva a cuestas las vidas de personas que no pudieron vivir libres y felices temiendo a un diablo y a un purgatorio, vidas condenadas a la insatisfacción. Una iglesia con miles de millones de dólares, que esconde a violadores de la justicia cívica. Y así, tu dios te tiene amarrada a líneas de un libro ficticio, escrito por otros humanos como tu, que no te dejan darte cuenta de lo infinitamente capaz que eres de ser feliz.
-Ya me tengo que ir, mi mama me está llamando, tengo que ir a una misa importante, en tres días se casa mi hermana por la Iglesia.
-Bueno, cuídate, deséale suerte a Claudia. Ojala sean felices. Y piensa en lo que te dije.
-No creo, sorry, pero yo soy muy feliz así, me siento tranquila.
-Demás, igual que un corderito que no conoce más allá del corral, también es feliz y se siente seguro, pero nunca conocerá la colina, ni el río, ni a una corderita que le de hijos, no correrá los peligros de vivir a la deriva y la felicidad de comer pasto regado por el rocío de la mañana.

Descripción ovalada de Juan Gómez Millas

El campus Juan Gómez Millas (JGM) de la Universidad de Chile representa en el imaginario colectivo un lugar donde los estudios y el carrete universitario se encuentran en un espacio común.

Y es así, durante años Gómez Millas ha sido uno de los centros neurálgicos del carrete no solo para alumnos de la Universidad de Chile, si no que también para jóvenes ajenos a éste.

El centro de estudios se encuentra en la comuna de Ñuñoa, en la esquina de las calles Macúl con Grecia. Ocupa más de una cuadra y resulta ser un pulmón verde en medio de tanto empinado edificio nuevo. En sus alrededores se emplaza la “Villa los Presidentes”, otro de los barrios típicos de la comuna que acompaña en esta labor ecológica con su gran parque.

Juan Gómez Millas es el único campus de la Universidad de Chile donde se albergan tan distintas ramas del conocimiento, es la casa de filósofos y literarios, científicos físicos y matemáticos, antropólogos, artistas, indecisos y hace menos de una década, comunicadores. Jóvenes que llegan cada mañana por distintas entradas a sus respectivas facultades, en busca de algo más que conocimiento académico. Y es que saben que Juan Gómez Millas y su paso por la U les dejará experiencias que muchas veces habrán aprendido fuera de la sala de clases, y son esas precisamente las que guardarán como reliquias.

JGM es quizás el paraíso del saber humanista clásico, donde todas las áreas del saber comulgan en un mismo lugar y se interrelacionan a través de jóvenes que ansiosos de conocer más, luego de una travesía logran internarse en los pastos de otra facultad, y como es común en una tarde de viernes, el carrete lo permite.

Entre canchas de fútbol y kioscos, son impartidas las clases que logran, como viento, encender en sus alumnos las llamas de conocimiento. Profesores endiosados caminan flotando ante la mirada admiradora de alguna alumna que ve en ellos la divinidad del saber encarnada bajo la evidente calvicie.

La novedad de hace rutina, y las conversaciones que elevadas por el alcohol tocan las copas de los árboles se vuelven cada vez mas comunes. Y muestran una vez más que el esparcimiento es donde finalmente se logra comprender aquello que durante la cátedra se tornó indescifrable.

Los edificios, cada uno con un estilo completamente particular, dejan caer de sus fachadas, los lienzos que como gritos enrostran la conclusión política a la que un grupo de alumnos llegó luego de alguna larga conversación. Los actos políticos son recurrentes en el campus, los alumnos comprenden una vez que entran en el mítico mundo de JGM, que son actores sociales, que son escuchados y que muchas veces deben hacerse escuchar.

Los llamados pastos, hoy son mas bien espacios de tierra con manchones verdes donde se acomodan los perros que abundan, cada uno con su personalidad, al igual que los jóvenes, quienes en busca de sombra o descanso, llegan al tronco de un árbol, a distraerse, a fumar.

Miles de personas han pasado por esta Universidad, cada una con sus ideas, su vestimenta, su cabello alborotado o liso, su grupo de amigos, el recuerdo de las conversaciones, esas que te abren un poco la mente, esas que te hacen ver mas allá de las nubes, cada una con sus ramos fáciles y con los que no pasó. Cada una entregó un poco, y vivió.

Todos juntos armaron un espíritu pluralista, relajado, inteligente y conciente. Se hace presente en la mente y convive con su gente, se transforma en una fuente y desde que llega, el joven ya no es un ente. Está patente, es el recuerdo de los ausentes y la lucha de los exponentes por un mundo que de repente no parece convincente.

Las botellas esparcidas en el pasto y las colillas son una señal del ambiente que se da en las
tardes, los jóvenes comparten siempre después de clases. La necesaria distensión se evidencia en sus caras a la mañana siguiente, sin embargo, llegan listos para atender la clase.

Una sincronía cultural. Política, arte, ideologías e ideales, sueños y fracasos, imbricados entre pastos y tierra, árboles, un espacio natural donde convive un calidoscopio de personas. Caminan se miran, se reconocen y se dan cuenta que atienden al mismo tipo de cuestionamientos, en ese sentido JGM es una semilla constante de conciencias.

El mundo de JGM, es fuera y dentro de las aulas un espacio de aprendizaje, la relación con los compañeros de otras carreras y con los profesores, es un intercambio constante de experiencias, juntos, se arma una conciencia que es capaz de transmitirse, y que crea un dialogo con la sociedad y uno introspectivo.

Bajo el alero de los árboles, una joven pensaba en retrospectiva. Recordaba cuando fue mechona y le decían, “cuando salgas de la U, ya no serás la misma”, ahora lo entendía.

Monólogo exterior

¡Hola! me dijo, con esa cara medio inocentona que tanto la caracteriza, que ahora conozco tan bien, y hasta odio un poco. Caí, eso es todo. Sus ojitos que me titilaban y listo. Supongo que fue fácil para ella usar a un tipo como yo, medio decaído, con la espalda corvada y mirada de Hush Puppies. Usar? No, igual la entiendo a veces, medio caprichosa, conservadora, me quería, si, pero no como yo quería que me quisiera.

¡Hola! me dijo el día que nos conocimos. Me llamo Luna y tú? Con su gesto repentino me dejó encandilado, ciego, vulnerable. Y sediento de ella hasta hoy… Pero yo sé que siguiendo a Luna no llegaré lejos, no tan lejos como se pueda llegar.

Ese día dejó la puerta resentida. Sus gritos dejaron mi corazón y los vidrios trizados. Las cosas que dije no tienen sentido, ni ahora ni antes, no puedo detenerme, ponerme a pensar. Todas sus promesas cayeron fuerte y rápido, en segundos ya estaba en el total vacío. ¿Cómo dejé que las cosas llegaran hasta aquí? Que ella ocupara todo el lugar que tan solo mi alma debía ocupar. Hoy, no veo nada más que a mi soledad, me hundo en mi desesperación y no encuentro más salida que su huella invisible. La noche seguro que me alcanzará.

Y lo peor de todo, es que aún puedo recurrir a ella, cuando quiera, lo sé. Ella con su fingida superación vestida de calentura, me recibirá con los “brazos” abiertos. La última vez, cuando me iba a casa, le dije en el umbral de su puerta: No es que tu mirada me sea imposible, tan solo es la forma como caminás. Destruido. Su cuerpo, su olor, su mirada, la forma como camina al espejo a arreglarse el pelo. Las arrugas de sus pies. Vergüenza sentía de explicarle cuan amarrado estaba a sus sábanas, a su voz, a su risa, a su forma de pensar.

Necesito desprenderme, nuevamente estoy en el clímax de mi lucha, seguro, comprometido con la causa, codo a codo conmigo, listo para enfrentarla, enfrentarme. También he notado que es necesario encontrarme, para que cuando llegue el real vacío, no esté solo, y pueda estar acompañado del yo ausente, el yo postergado.
Lo intenté una vez, le comuniqué que ya no podíamos seguir así, tanta pelea, la familia, que ella iba a entrar a la universidad, que yo me voy de viaje a Australia. Millones de razones banales que no significan ningún argumento para dejarla, solo escondían mi miedo a aferrarme más. No le podía decir: quiero cuidarme de ti, no puedo cavar más hondo porque no podré salir.

Pero no me dejó. “Vamos mi cariño que todo está bien, esta noche cambiaré, te juro que cambiaré. Vamos mi cariño ya no llores más, por vos yo bajaría el sol, o me hundiría en el mar”. Un par de tiernas frases con esos ojitos de “Te amo” y me atacó el pensamiento como una daga por la espalda, pensé: esto parece verdad para mí. Y rodé, rodé por la colina, pero caí más hondo esa vez.

Pasaron tres meses. De cine, de helados baboseados, de cubrecama endurecido; risas, traguitos con los amigos. Íbamos de bien en mejor. Yo ni siquiera podía hilar un solo pensamiento, todo giraba en torno a sus necesidades y a las recompensas que ella me daba por hacerla feliz.

Era viernes y le preparé en su departamento su comida favorita, ella debía venir de la universidad, luego de un día agotador. Va a ser una velada hermosa, pensé. Con velas para hacerlo más cursi, aunque sabía que corría un riesgo, a la Luna no le gustan las cursilerías. 10:27 pm. Escucho las llaves introduciéndose en la cerradura, acompañadas por el vaivén del colorido llavero. De entrada era evidente que algo escondía, se mostró sorprendida por mi presencia. Antes de poder servir la comida, me dijo: Tenemos que hablar, conocí a alguien, creo que debemos terminar. Tú sabes que te quiero mucho, pero hace tiempo que estamos mal, y prefiero terminar ahora, antes de que las cosas se pudran más.

Me quedé pasmado… ¿Hace tiempo que estamos mal? ¡¿Conocí a alguien?! No supe cómo reaccionar. Solo le pedí que lo pensara, que lo hiciera por los dos, que no podía vivir sin ella, que haría cualquier cosa por recuperarla, que le daba el tiempo necesario para aclararse, pero que por favor no me dejara aquí. Sentía como si el edificio estuviera siendo atacado por terroristas suicidas en aviones robados, todo caía, se rompía, ardía en llamas.

Desconcertado. Me tomó cinco semanas aceptar lo que había sucedido, aquello que yo no pude hacer en meses, ella lo hizo con 7 frases. Me dan ganas de gritarle, pegarle, decirle lo que siento. Lo imagino: ¡Suena como un crimen lo que tú me has hecho, deberías ir a parar a la prisión! ¡Suena como un crimen que me hayas mentido, que hayas engañado a este corazón!

Mientras intento olvidarla y calmar estos pensamientos, seguiré caminando por las calles de Sidney, son casi las cuatro de la madrugada, mi casa brillaba cruzando ese mar.

La doble vida de Javiera

Tomando las herramientas del teatro y del periodismo, decidió mezclar sus dos amores, las artes escénicas y la escritura. Actual dramaturga y directora de teatro, su nombre suena fuerte para el Altazor. Hoy nos cuenta sus experiencias más íntimas y abre las puertas de su casa.


Relajada se sienta en su sillón de mimbre para comenzar la entrevista. El vestido de lino blanco le da un aspecto maduro y hippie “Este estilo no me lo puedo sacar con nada, desde siempre y sin querer serlo fui la ‘hippita’ del grupo” dice con una amplia sonrisa. En una terraza llena de rincones adornados, plantas delicadamente escogidas y sonidos de colgantes de madera y campanas, Javiera se muestra como lo dueña de casa que es, simpática y maternal atiende a su hijo más pequeño, Darío de dos años. Nos sirve pasteles y galletas hechas por ella y jugo natural.

Luego de un dialogo distendido, la dramaturga y periodista licenciada de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, Javiera Martinez, nos hace pasar a lo que ella llama “el lugarcillo para pensar”, una suerte de biblioteca-oficina-salita de estar, decorada de libros en las paredes, con cuadros y detalles sin dejar espacio libre, un escritorio con papeles y un computador, y dos sillones listos y dispuestos para sostener nuestros cuerpos y una larga conversación.

— ¿Qué significó en tu carrera literaria y de dramaturgia haber estudiado periodismo?
—Aprendí muchas cosas en esos cinco años, en general no era una alumna destacada, nunca me gustó mucho esa cosa medio formal del periodismo, me aburrían las notas, los reporteos, la verdad es que nunca me vi trabajando de por vida en eso. Sin embargo, fue ahí donde entendí mi gusto por el estudio y la escritura, fue una época de mi vida rica en experiencias que me abrió los ojos en muchos aspectos.

—¿ Que te motivó a dejar Chile y irte a vivir sola y joven a Francia?
—Fueron muchas cosas en realidad, yo siempre tuve muchas ganas de viajar, estaba dentro de los planes ir a estudiar antropología o teatro afuera. Pero tuve que irme antes de lo presupuestado. En marzo del 2016 decidí irme de Chile sola, yo estaba trabajando súper bien en un diario nacional, pero el golpe de estado y la dictadura que empezaba nuevamente en nuestro país era algo, que yo siempre supe, no podría soportar. Pedí asilo en Francia, me lo dieron y comencé una vida totalmente distinta allá, conocí mucho y me instruí en lo que realmente me gustaba, el teatro.

La experiencia Jodo.

Luego de pasar dos años trabajando y estabilizándose en la nueva ciudad de París, la actual destacada dramaturga entró a estudiar teatro en la University of London Institute in Paris. “En un principio trabajé de niñera, limpiando casas, después colaboré en una revista para latinos, y terminé, aunque no lo crean de telefonista, siempre fui buena para los idiomas y el acento que le agarré al francés parece que les gustaba, jajajajaja. Y así me las fui arreglando”. En esa búsqueda de trabajo fue que, premeditadamente, pidió empelo de mesera en un café parisense llamado Le Téméraire de la avenida Daumesnil, cerca del Gare de Lyon. Donde el aclamado escritor y psicomago chileno, Alejandro Jodorowsky, da clases de tarot y psicomagia.

—¿Cómo fue que te hiciste amiga íntima de Jodorowsky?
— Yo desde chica era admiradora de su trabajo, leí sus libros y vi sus películas, no podía perder la oportunidad de conocerlo si estaba viviendo en París. La verdad es que no recuerdo tan claramente como se dieron las cosas para que termináramos trabajando juntos, se que conversábamos mucho cuando aún yo trabajaba ahí, y se formó una amistad, nos llevábamos bien, hablábamos en la misma frecuencia. Luego cuando él supo que yo estudiaba teatro, un día me pidió que actuara para uno de los ritos, y de ahí no paré. Comencé a trabajar en la consulta, para él, pero nuestra relación siempre fue más profunda que solo laboral. Cuando supo que yo me venía a Chile en el verano del 23 me propuso lo de la consulta de psicomagia en Santiago. Yo acepté feliz.

Han pasado otros siete años desde que arribó en Chile totalmente renovada, con pareja y un niño. Hoy, con cinco hijos, Rubén, el mayor, nacido en su primer año de teatro en Francia; León de siete; las gemelas Laura y Marina, de cinco años; y el conchito, Darío. Lleva una vida ajetreada, entre la reciente obra “Hojas que caen muertas” de la cual es autora y directora, y la consulta que cada día recibe más interesados en conocer la psicomagia, el tiempo que le queda se lo dedica cien porciento a su familia según cuenta.

La vida doble siempre ha sido una característica que la persigue, aquí en su ambiente es una madre tierna y comprensiva, pero fuera es una fiera de las comunicaciones y la escritura. Sin poder elegir un solo camino, decidió irse por el filo de la navaja, coqueteando con el periodismo y el teatro, sin definirse. Como ella dice “No hay que catalogarse, hay que amarse”

lunes, 26 de julio de 2010

“De la noticia a la humanización”

"Cuando salió la sangre en abundancia y la piel se abrió resignada, Solangie metió su mano derecha en la barriga de doña Clara, palpó al bebé y lo sacó delicadamente, hasta que lo tuvo en sus dos manos, le cortó el cordón umbilical, lo puso boca abajo y le dio una palmada que lo hizo llorar sin medida, en el aire escaso de aquel agujero, lanzando al viento la noticia de que la vida, otra vez, le estaba ganando la partida a la muerte".


Así es como el periodista colombiano, Jorge Enrique Botero, describió el bombardeado parto, en medio de la selva, de la abogada Clara Rojas. Quién en el 2002 fue secuestrada por las FARC junto a su amiga y –en ese tiempo- candidata Ingrid Betancourt. Aquella es la gran primicia que trajo al mundo civil su libro Últimas noticias de la guerra (2006) donde narra en formato de novela cómo es que la secuestrada política trae a la vida un bebe hijo de guerrillero.
Pero la novela no es tan solo eso, sin quererlo quizás, Botero entregó mucha más información valiosa de la que él creyó. En su libro no sólo narra las particulares circunstancias del embarazo de Rojas, si no que cuenta la verdad de la vida de los guerrilleros que pasan años entre los pantanos y el verde e interminable follaje, luchando por un cambio que creen necesario para su país y con el que la vida los ha comprometido.
A través del relato de Solangie la narración cobra un sentido más humano y popular, permite acercarnos al lado más cruel y brutal como al más romántico y soñador de las personas que encarnan esta cruda guerra.
Solangie es una joven de proveniente de un pueblo rural, donde se hacen muy presentes las influencias de la guerrilla, además de los narcos y el ejército oficialista. Ella entró a los 13 años a la milicia y ya se consideraba toda una mujer, su madre prostituta y su niñez en un prostíbulo la llevaron a presenciar el arte de amar en su faceta más fría y a ver los dolores de una vida difícil, pobre y sin oportunidades.
En la selva más brava conoció a Rigo, un guerrillero de sangre, su padre había sido un reconocido comunista que también formó parte de las FARC, por lo que él militó a temprana edad junto a sus dos hermanos, Gregorio y Javier, este último muerto en una comisión de un balazo. Rigo, además de ser el amor de Solangie por dos años, es también quien fecundó el niño que Clara Rojas llevó en su vientre.



EL SUBMUNDO
Quien lea este apasionante libro tendrá la posibilidad de comprender como es la vida íntima de personas de carne y hueso dentro de la guerrilla colombiana, sin duda los medios transmiten una imagen maligna de los militantes de las FARC, lo que impide comprender las reales motivaciones y propósitos de quienes han provocado la guerra civil no declarada en el país sudamericano.
Según nos cuenta Botero luego de una exhaustiva y única investigación desde dentro de las FARC, la organización está muy bien estructurada en cuanto a sus reglas y objetivos. Existe un reglamento al cual deben obedecer y una especie de sistema jurídico – al que es sometido Rigo luego de haber cometido el “delito”-. Es decir, como en cualquier sociedad hay normas, leyes, tabúes y castigos.
Además, al ser la selva un hogar para los participantes de este partido político armado, ellos crean ciertas instituciones como la radio, el “rancho” o cocina, y los distintos campamentos, cada uno con sus cargos bien definidos – como la hora de los turnos de vigilancia- y las distribuciones según ciertos estamentos.
Pero no todo es guerra en la selva, como muestra a través de esta novela, hay espacio para la decepción, la infidelidad, el “conventilleo” o cahuín, las preguntas existenciales y el amor, lo que hace entender finalmente, que quienes llevan a cabo los crueles secuestros a personalidades colombianas también son personas, mujeres y hombres con sentimientos, pasiones, dolores, sueños y metas.
No se puede olvidar que estas personas, desde un prisma más humanista, son sólo valorables mártires, que son capaces de autoexiliarse de el mundo civil, el mundo de las comodidades, la cuidad. Dejan una familia y una vida hipotética futura en el pasado, para entregarse a una lucha social, que sienten sus hombros al llevar un fusil y siente su corazón al llorar a un compañero perdido en la campaña.
La forma de vida que adoptan luego de sumarse a las filas de las FARC queda muy bien reflejada en los párrafos de Últimas noticias de la guerra, entrar en ese cerrado círculo de soñadores aguerridos obliga a perder el vínculo con la realidad civil. Olvidar amigos, libertades, posibilidades es, como cuenta Botero, una experiencia extrema, en la que terminan viviendo una realidad cruda, culta y natural en una especie de submundo.
“(…) uno de sus guerrilleros preñó a doña Clara y que la criatura está por venir a esta selva, que no es igual que venir a este mundo.”
Como queda explícito en la cita anterior, la vida de la selva no es igual a la vida del exterior, y es eso lo que Botero plasmó en sus líneas, como estos guerrilleros se someten a vivir en una especie de país imaginario donde luchan contra un enemigo común.



HUMANIZACION
Contando entretenidas anécdotas, Botero es capaz de hacer que el lector simpatice con Solangie y Rigo, logra hacer entender que en este mundo, por sobre todo injusto, exista un espacio para el entendimiento. Contándonos como los guerrilleros tienen un gran sentido humanitario y una gran sintonía con los pueblos rurales a los que ayudan.
Refleja una visión nueva y fresca de la guerrilla colombiana, una más sacrificada, más ilustrada, más política y más romántica. Las imágenes de los amantes consumiendo su amor bajo las estrellas en medio de la selva que guarda silencio y sólo los acoge con su protección, hace comprender más fácilmente que aquellos son humanos con historias, con razones, con propósitos, y finalmente con sueños que incluyen a todo un país.
Este libro tiene un gran valor periodístico como un inmenso valor literario, ya que da cuenta de una realidad humana, narra sobre los más íntimos sentimientos y es capaz de ser una fotografía a un grupo, a una época, a un conflicto.
El valor otorgado por el área periodística es que en un contexto donde los personajes principales del libro son constantemente desdeñados por las autoridades, él es capaz de abstraerse de los prejuicios, y sin ser benevolente muestra la guerrilla en su estado más natural, exponiendo la parte humana de esa vida en guerra constante. Logrando así dignificar la figura del guerrillero y hacer entender el preponderante rol de las FARC en el movimiento comunista actual.
Este reportaje novelado, más que la noticia de una vida naciendo en medio de la muerte, es la entrega de una labor periodística sensible, la de la reivindicación.

miércoles, 26 de mayo de 2010

El imaginario colectivo de lo irreal.

Ante los ojos humanos se presenta un mundo a cada instante. Como pequeños seres están dentro de sus cabecitas observando y sintiendo el entorno gracias a capacidades biológicas; tocan, huelen, oyen, degustan y ven por las ventanas de los sentidos lo que hay a su alrededor. Conviven con otras personas que también, encerradas en su cuerpo, la cárcel del alma como dice Platón, los perciben. Esta interacción social conlleva a la transmisión de patrones de conducta que como esquemas mentales modelan las vidas humanas y los instan a seguir caminos estereotipados y entendidos como correctos.

Las personas viven en un mundo regido por leyes físicas como la ley de gravedad, de la inercia o de la conservación de la materia y energía; leyes interpretadas por códigos algebraicos tan exactos que les aseguran que esos fenómenos físicos son reales, patentes y evidentes, éstas dicen claramente que existimos, que mas allá de nosotros hay existencia; y que por el hecho de existir somos reales como también lo que hay más allá de nosotros.

Pero cada humano lo percibe de una manera distinta. La posición (temporal o espacial) que toma una persona al advertir un suceso determina su perspectiva. La perspectiva es la característica que toman las cosas reales al ser percibidas.

Es por esto que muchas veces se relaciona con la veracidad, por ejemplo cuando en un dibujo no hay planos lejanos y cercanos o hay discordancia entre los tamaños, pensamos que podría ser un dibujo surrealista, o uno mal hecho si notamos que tiene intenciones de ser un dibujo que retrate algo real. Entonces la particularidad que tiene un dibujo realista además de la delicadeza del trazo, es la precisión en cuando a dimensiones, formas, sombras y perspectivas. La definición que tiene la RAE sobre perspectiva artística, dice “Arte que enseña el modo de representar en una superficie los objetos, en la forma y disposición con que aparecen a la vista” como se puede ver, la perspectiva de una pintura o dibujo está dada por si lo advierte un ojo espectador o bien si refleja el punto de vista de un sujeto, esa es la característica que lo hace ver real.

Lo que percibe el sujeto entonces esta dado por una perspectiva particular que le da la categoría de real a lo que está sintiendo, pero ese punto de vista es uno entre las muchas posibilidades de ver un hecho u objeto, es una parte de las cosas, sin embargo es la única y real para el sujeto.

Esa fracción de realidad es la que se convierte en significativa para el sujeto ya que a partir de ella podrá construir el gran resto de la “imagen” o suceso que no logra percibir, ya sea por factores temporales o materiales.

Esta condición humana puede ser explicada comparándola con la relatada en la “Alegoría de la Caverna” de Platón.

“...En una caverna subterránea, con una entrada tan grande como la caverna toda, abierta hacia la luz imagina hombres que se hayan ahí desde que eran niños, con cepos en el cuello y en las piernas, sin poder moverse ni mirar en otra dirección sino hacia delante, impedidos de volver la cabeza a causa de las cadenas. Y lejos y en alto, detrás de sus espaldas arde una luz de fuego, y en el espacio intermedio entre el fuego y los prisioneros, asciende un camino, a lo largo del cual se levanta un muro, a modo de los reparos colocados entre los titiriteros y los espectadores, sobre los que ellos exhiben sus habilidades.

Glucón: Me lo imagino perfectamente

Sócrates: Contempla a lo largo del muro hombres que llevan diversos vasos que sobresalen sobre el nivel del muro, estatuas y otras figuras animales en piedra o madera y artículos fabricados de todas las especies... ¿crees que los prisioneros puedan ver alguna otra cosa, de sí mismos y de los otros, sino la sombra proyectada por el fuego sobre la pared de la caverna que está delante de ellos? ...¿y también de la misma manera respecto a los objetos llevados a lo largo del mundo? Y si pudieran hablar entre ellos, ¿no crees que opinarían de poder hablar de estas [sombras] que ven como si fueran objetos reales presentes? ...Y cuando uno de ellos fuese liberado, y obligado a alzarse repentinamente, y girar el cuello y caminar, y mirar hacia la luz... ¿no sentiría dolor en los ojos, y huiría, volviéndose a las sobras que puede mirar, y no creería que estas son más claras que los objetos que le hubieran mostrado?... Y si alguien lo arrastrase a la fuerza por la espesa y ardua salida y no lo dejase antes de haberlo llevado a la luz del sol, ¿no se quejaría y se irritaría de ser

arrastrado, y después, llevado a la luz y con los ojos deslumbrados, podría ver siquiera una de las cosas verdaderas?...”


Amarrados a nuestros sentidos y a las leyes de la física, no somos capaces de ver la realidad como tal, solo una aproximación a ella, solo un punto de vista, muchas veces limitados por factores físicos, psicológicos o culturales, es decir, vemos “sombras” de realidad. Y construimos una vida en la caverna, opinamos que lo que vemos son “objetos reales presentes”, imaginamos todo un mundo de imágenes e historias a partir de esa realidad limitada. Construimos lo que para los prisioneros de la caverna está detrás del muro, lo irreal, lo ausente.


Como dice Sartre en su libro “Lo imaginario”, lo irreal es “objetos que no he visto ni veré nunca, pero que no por eso dejan de ser objetos irreales, objetos que no existen en el cuadro, ni en ninguna parte del mundo pero que se manifiestan a través de la tela” refiriéndose a una obra de arte que por el conjunto de objetos irreales calificaría de bello.

En los últimos capítulos de Lo Imaginario, Sartre plantea que lo irreal es objeto de la conciencia imaginante, el objeto imaginado es un ser dado-ausente, ya que el objeto está para la conciencia como lo que no está en el mundo.

Los individuos por ende construyen la porción irreal para darle sentido a la realidad y finalmente su mundo es mitad real, mitad imaginario. Esa construcción no es al azar, está determinada por los “esquemas mentales” que les entrega la cultura en la que están inmersos. Como dice Francisco Varela: “... las revoluciones científicas tienen un tiempo de percollar a el sentido común, porque el sentido común se nutre de lo que lee… de lo que la gente dice, de lo que aparece en los textos... Naturalmente hay una evolución muy lenta… ahora, yo no creo para nada que esta manera, esta interpretación de mirar el mundo sea una cosa de predisposición del ser humano, es un fenómeno histórico caracterizado por ciertos eventos e hitos de occidente, y que si uno frecuenta otras tradiciones (japonesa o budista) la gente parte de otra comprensión de las cosas…”, el biólogo y filósofo agrega con respecto al sentido común: “…obedece a un contexto histórico, tiene un contenido, pero esta tan metido en los huesos de la gente que no da a lugar a reflexión…”, he ahí el punto.

Estos “esquemas mentales” son como paquetes de información que se arman en base a la frecuencia de la aparición de ciertos sucesos y conforman modelos de conducta que a partir de analogías nos indican como operar en situaciones nuevas, éstos facilitan nuestra adaptación y ayudan a la sobrevivencia.

Lo complejo de los esquemas mentales es que, de cierto modo, simplifican la vida, pero a un costo muy alto, ya que distorsionan la realidad, poniendo en lo imaginario una realidad impuesta, quizás cómoda, que lleva muchas veces a olvidarse de que hay otras posibilidades y que aquella impuesta por la cultura solo es un consenso colectivo, no una verdad absoluta.

Cuando las personas se proyectan, lo hacen basándose en el presente, como diría San Agustín en su “Aporía del Tiempo”, el futuro no es más que una imagen deseada basada en acontecimientos del ahora. Esos sucesos que ya existen podríamos decir que son “reales” y que la proyección es “irreal”, con la salvedad de que es una irrealidad potencialmente real. Es decir, la parte real que logramos percibir es significativa para construir la parte irreal, como nuestro presente es significativo para construir el futuro.

Entonces, ¿Qué define nuestro futuro? Somos nosotros los forjadores, sin duda, pero a partir de nuestras expectativas del futuro vamos hilando el tejido de nuestras vidas.

Si el futuro es lo irreal y lo imaginamos a partir de los modelos mentales que pertenecen a nuestra cultura, transmitidos de generación en generación, podemos entender que imaginamos nuestro futuro bajo los cánones que pertenecen a nuestra sociedad.

En la sociedad occidental actual hay ciertas normas e ideas que conforman un estereotipo de vida entendido como el correcto. Existe un imaginario colectivo que sostiene patrones como “la familia bien constituida” las niñas señoritas y los niños valientes, niñez y adolescencia con la meta de llegar a la universidad, casarse con un buen hombre o mujer, tener hijos, y responder en una vida laboral que se espera tenga frutos económicos. Ésta forma de hacer las cosas es abalada por los distintos agentes de una sociedad como la occidental, promovida a través de la educación formal e informal y por los medios de comunicación.

Estos patrones no son negativos, pero si son determinantes a la hora de hablar de prejuicios, quién se sale de esos canones debe buscar la forma de validarse ante la sociedad para poder explicar por qué las cosas no salieron como “todos” esperaban. Las presiones sociales se hacen patentes a la hora de hablar del matrimonio y los hijos. Mujeres infértiles, personas para las que el matrimonio no es trascendente al momento de pensar en familia, homosexuales, divorciados; muchas personas que deben dar cuenta ante una sociedad que finalmente los castiga, ya sea sin protección legislativa ante su patrimonio, juicios que duran años o la dolorosa exclusión.

Los medios de comunicación masivos son decisivos al momento de hablar de influencia, ya que la mayoría del tiempo están promoviendo estereotipos que representan modelos a los que sólo se puede acceder por el medio económico. Un auto que te de prestigio, la casa de tus sueños en el “barrio alto” (como aquella nueva publicidad de “el nuevo barrio alto del centro”), un gimnasio donde tienes todas las máquinas que dejarán tu cuerpo como el de la modelo de la publicidad, el colegio donde tus hijos serán mejores, más competitivos, más exitosos, etc.

Nos muestran un estereotipo de vida que sigue los patrones sociales del “bien”, y bajo ellos, las personas van fijando sus metas. Esta simplificación de la vida lo único que produce es una sociedad menos pluralista, menos tolerante, más competitiva, más ciega, menos humana.

Las personas son etiquetadas de acuerdo a qué estudió, donde vive, qué hace, qué come, qué viste, etc. Estos prejuicios solo levantan muros entre los individuos. Y las personas se sienten cada día más solas en esta carrera por llegar a la meta, una meta difusa e impuesta. Actúan como autómatas sin preguntarse el por qué.

Quizás si se preguntaran ¿Esto es lo que quiero? ¿Cuál es la meta de mi vida? ¿Estoy seguro de que esto está bien? Las personas serían más consientes de sus actos y más responsables de sus vidas. Los modelos de conductas son solo un acuerdo social, no una ley, los individuos deberían ser capaces de cuestionarlos y adscribirse a ellos solo si les acomoda, sin el miedo de recibir represalias o discriminación.

La característica principal de los seres humanos es que son personas libres, libres de pensamiento y es eso lo que no deben olvidar. Como dice Sartre: somos artífices de nuestra vida, creadores de nuestro futuro.

viernes, 21 de mayo de 2010

Irracional

Irracional


Hoy fue un día fuera de lo común para la protagonista de esta historia. Javiera despertó 2 horas antes de lo normal… y aunque se quedó placidamente dormida, la inconciencia de 20 minutos no impidió que llegara una hora antes a la universidad, donde estudia periodismo. El esfuerzo que significaron dos horas menos de sueño, sólo se justificaban con la tarde del día de ayer.

Con la cabeza metida en el texto que atrasada debía leer, el metro se hizo mas corto de lo que esperaba… y se pasó la estación “común”, por lo que debió seguir 3 estaciones más allá de lo que debía, para luego devolverse, este simple hecho le permitió terminar el texto antes de llegar a Grecia… y por ende darle tiempo de sobra para pensar en lo sucedido la tarde de ayer.

Aunque no se resistía al caldo de cabeza infernal que la atormentaba, fueron otros hechos los que esta vez la salvaron. Dos llamados telefónicos de las nuevas haditas de su vida, llenaron de lágrimas las corrientes inalámbricas de la telefonía móvil. Preocupada e impaciente por el trabajo que aún no hacía y debía entregar a las 10.15. Llegó a una mesita a trabajar.

Fácil es para Javiera dejar de lado los pensamientos que la inquietan, su mente es como un gran mueble de madera roída, llena de compartimentos donde dejar aquellas cosas en las que no quiere pensar, aunque en realidad todos sabemos que esos cajones están húmedos, y una ves que se cierran no se vuelven a abrir, y ahí quedan las reflexiones nunca hechas, los conflictos sin resolver, el nudo en el pecho; ella sabe que las consecuencias luego llegan inevitablemente a enrostrarle todo aquello que debió hacer.

Luego de entregar el trabajo, pudo por fin sentarse tranquila, y fue ahí cuando se sintieron los primeros golpes. Miró el suelo con desdén, y pensó para sus adentros: ahora no, es momento de prestar atención. Así lo hizo, otras dos horas con la mirada atenta, intentando ocupar el 100% de su mente. Sin poder evitar, de todas formas, los susurros que como niebla se interpusieron ante la indescriptible realidad.

Los ojos tristes que ve pasar, trajeron a la mente de Javiera que aún hay cosas mas importantes en las que concentrarse el día de hoy. Las batallas del amor contra el corazón se reflejan en el viento de un día de otoño como aquel, y sin querer las hojas que ve caer la hacen mirar hacia atrás.

Como siempre en su vida, los celulares determinan su estado de ánimo. Una simple llamada, puede cambiar el sentido de las manillas de su reloj. El casino lleno de gente la hizo sentir más sola… más indefensa, más errada. Cogió el teléfono y marcó el número, sin pensar como de costumbre… ecos de la tarde de ayer ensordecieron su mente… las irrefrenables palabras del otro lado, le hicieron recordar que su corazón también siente, que está vivo… y que quizás es necesario pensar en él.

La irracionalidad de sus actos. Siente… siempre siente, siente fuerte… quizás está ahí la madre de todas las incongruencias.

lunes, 19 de abril de 2010

Tratamiento Periodístico 27/02

Madrugada del Sábado, 3:33 am. Acababa de cerrar mi facebook, despedirme de mis amigos que aun quedaban en msn a esas horas y apagar mi notebook. Es ahí cuando comienza un fuerte movimiento telúrico 8.8° Richter con epicentro a 30 km de la ciudad de Concepción, que azota gran parte del centro sur de nuestro país.

Enseguida se corta la luz, se cae internet y la señal del celular, y nos vimos forzados a volver a lo mas rudimentario: las velas. Comenzamos a sentir la necesidad de saber que era lo que había ocurrido, ya que por lo menos para mí era difícil creer que había presenciado un terremoto (nunca había sentido uno y además fui muy afortunada y en mi casa no ocurrió ninguna desgracia).
A los minutos conecto la radio de mi celular y comenzamos a escuchar diversa información aun extremadamente insegura.

Al día siguiente alrededor de las 12:00 volvió la luz en mi casa y lo primero que hice fue prender la televisión. Al instante llenaron mi pantalla de imágenes de un destruido pueblo donde el agua se lo había llevado todo.

Comencé a sentir como esta catástrofe había llegado mucho más lejos de lo que yo había imaginado y que en muchos casos la tierra había remecido no sólo cientos de casas de adobe que no encontraron en su material el soporte ante tan fuerte movimiento y cedieron frente a los ojos atónitos de sus huéspedes, sino que también remeció corazones que ahora heridos y desamparados miran el devenir sin casa y sin familia en algunos casos.

En este punto de las crisis nacionales es cuando la prensa adquiere un rol fundamental. En primera instancia de informar certeramente y canalizar las voces de ayuda y luego de plantear la discusión que este sismo nos deja, como: ¿qué paso con la retrasada alerta de tsunami? O ¿quién responderá a las personas que sufren serios daños en sus departamentos o incluso los vieron desplomarse?

Al comienzo vi a los medios de comunicación muy comprometidos, y me pareció bien ver a los rostros de los noticieros trasladarse a las zonas de catástrofe. Pero luego de unos días pude advertir cierto afán figurativo y notas de un periodista ya no tan centrado en el otro, en la gente, sino en convertirse él en el protagonista de la historia de nos narra. El cada canal que sintonizaba podía ver una Soledad Onetto, un Amaro Gómez Pablos, una Macarena Puigrredon o una Vivi Kreutzberger, embarrados hasta las rodillas en medio de una ciudad destruida y con esa pregunta inoportuna en los labios: ¿Cómo se siente? Le preguntan a alguien que presencio la muerte de su familia y vio como la implacable fuerza del agua arrasaba con sus cosas, su casa, su barrio.

A los 4 o 5 días las noticias seguían siendo lo único que se podía ver o escuchar, y dentro de éstas solo había destrucción, desamparo, muerte, lástima, alarmismo. Yo me pregunto: si estos canales estuvieran realmente preocupados por llevar a las casas de todos: información seria y relevante que sirva principalmente para canalizar las manos solidarias, no estarían todos los medios agolpados en cierta situación (por ej. Saqueos) o cierta cuidad (por ej. Curanipe) y quizás harían algún esfuerzo por movilizarse a esos tantos otros pueblos pequeños, más alejados del epicentro que hasta hoy no reciben la ayuda necesaria.

Finalmente me queda decir que como muchas veces los medios de comunicación se salen de su rol fundamental: informar y formar opinión, y comienzan a trabajar de acuerdo a lo que vende, a lo que les da el famoso “rating”, que en casos como estos de extrema urgencia donde los medios son fundamentales, es tan fácil de conseguir. Por un lado los directivos ven la oportunidad favorecer a cierto bando político ya sea manipulando o censurando información, y por otro lado los rostros comienzan con el festival del codazo llegando a estar en pantalla durante horas seguidas.

Sin duda podemos hacer excepciones, pero en general creo que el tratamiento fue muchas veces más sensacionalista y menos comprometido con el rol social que tienen medios tan masivos como la televisión.

Sangre de Tinta “Historias de pasión y desgarro”

“Pero con el tiempo te haces viejo y entonces ves la muerte. Entonces te das cuenta de que nada, ni el poder, ni la gloria, ni la riqueza, ni el placer, ni tampoco siquiera verse libre del sufrimiento, tiene tanto valor como el simple acto de respirar el simple acto de estar vivo, incluso con todo el pesar del recuerdo y el dolor de poseer un cuerpo irremediablemente gastado; simplemente saber que estás vivo”
William Faulkner.

Cuando a la vida no se le encuentra más que un solo sentido, cuando cada aliento, suspiro, se compone de la misma esencia; cuando los ojos tienen un velo y solo dejan ver con esa neblina de deseo. Darse cuenta que solo se vive para aquello que hace vibrar, que da la energía, la convicción, que se arrastra desde el sueño nocturno a la claridad del amanecer y comienza a ser la semilla de todos los actos.

Eso que apasiona, que aunque cambies de casa, de nombre, de religión, de vida, no se puede dejar atrás.

La biografía de Truman Capote cuenta la vida de un apasionado, comenzó a escribir - según sus propias palabras – para mitigar el aislamiento sufrido durante su infancia en una granja al sur de Estados Unidos, lo cual desarrolló su talento innato: la escritura. Llegando a escribir como periodista en la revista “The New Yorker” tan solo a los 17 años.

Su éxito comienza con el relato “Miriam”, el cual lo hace acreedor del premio O’Henry, desde ese momento en adelante la crítica lo aplaudió y celebró llegándole a llamar “El discípulo de Poe”. Motivado por su pasión que rugía sin reservas al escribir, se convirtió de un vanguardista, fue uno de los primeros en tocar el tema de la homosexualidad abiertamente en su primera novela “Otras voces, otros ámbitos”.
Su trabajo de 1966 fue el más galardonado, “A sangre fría” se convirtió en un referente para lo que luego sería el nuevo periodismo.

Dejándose llevar por la obsesión que ponía a su obra en el centro de todo su mundo, escribió “Answered Prayers” donde contaba vivencias íntimas de sus amigos, escuetamente disfrazados de personajes de ficción. Su círculo social lo repudió y lo tildaron de “caníbal”.
Siguiendo su línea de trabajos desvergonzados, sin límites, donde ponía todo en juego con tal de escribir lo que tanto deseaba, nació “Música para camaleones”, una obra donde se ponía en evidencia a sí mismo, Capote escribió: “Soy alcohólico, soy drogadicto, soy homosexual, soy un genio”. Luego en una cadena de autodestrucción y creatividad desbordante, llega su muerte por sobredosis en 1984.

A pesar de haber muerto en degradantes condiciones, Truman es un ejemplo de cómo un hombre puede dejar todo de lado por su arte, hasta la propia vida; además fue capaz de idear su propia escala de valores que le permitiera crear sin tapujos. Sin duda, nunca pudo sacar todo lo que llevaba dentro, ya que probablemente, sus ideas internas fueron un universo complejo esbozado de palabras vagas queriendo salir, presionando cada parte de su cuerpo, obligándolo a vivir para ello. Es por eso que quizás lo más prudente es decir gracias. Gracias por dejarte llevar, por darlo todo y perderlo todo a la vez. Por permitir deleitarnos con tu delicada prosa y ver, un poco a través de tus palabras, el universo que tenías dentro.

No son pocos los casos de genios que lo dan todo por la obra, que tienen vidas desgarradas, solitarias, tristes, donde su fuerza interior es solo la pulsación irresistible de su pasión.

Es así como Faulkner, premio Nobel de literatura en 1949, nos lleva por su vertiginosa prosa, donde tiende a perderse en paisajes y tramas secundarias, como estallidos de sus músculos de novela, conserva la virtud de mantenernos temblando cuando vamos por los pasadizos literarios en que nos muestra lóbregos rincones del corazón humano; su corazón desnudo de palabras burbujeantes.

Faulkner en su obra levanta lo más íntimo del hombre, sus esperanzas, cobardías, mezquindades; sueños rotos, amores crudos, heroísmos inútiles, pasiones primarias, dolores punzantes, sentimientos galopantes, pasiones.

Explícitos se muestran estos rasgos en la obra, “Una Fábula” (1954), novela a la cual le dedicó más tiempo y que lo hizo obtener el premio Pulitzer. La trajo al mundo con la idea de que daría un golpe definitivo, finalmente no es considerada la cumbre de su literatura, es más bien una obra llena de pólvora, trincheras y proyectiles que sin quererlo caen en William y lo hacen trizas.

Faulkner responde solo ante su instintiva pasión, se considera despiadado y aclara que las ideas que trae como flechas adentro, lo angustian a tal punto que debe liberarse de ellas.

Junto con esto lo pierde todo, tal como un genio apasionado lo debe hacer cuando la sangre le hierve en palabras, las entrañas se convierten en linotipias zigzagueantes, intrépidas que ni con un sorbo de buen whisky dejan de trabajar.
Cerebro lúcido, plagado de chispazos como gran tormenta eléctrica que atemoriza al pueblo espectador. Sangre de tinta que lleva a las nubes la presión arterial; huesos de escritorio, madera vieja, corroída de dolor, de locura, de angustia.

Genios que vienen a crear, a entregar; a vivir pasión, no su vida. Genios despreciados, temidos, galardonados, criticados y muchas veces perdonados. No les queda más que regurgitar lo que tienen dentro, sin filtros, dejando esparcido el líquido onírico, intelectual, ¡increíble!; líquido que contamina con su honestidad, dejando sorprendido al lector, que no quiere leer mas, para no seguir viendo su reflejo desnudo en la tinta.

Cuando traemos estas memorables historias a tiempos actuales es difícil no preguntarse donde están hoy los periodistas apasionados. Entendiendo el periodismo escrito como un género literario, lleva a pensar que debe ser conmovedor y excitante el acto de redactar, haciendo nacer las pasiones más profundas.

Antes el oficio de periodista era un trabajo 24/7, se comía noticias, se respiraban opiniones, de vivía ética, las amistades estaban en el círculo de la prensa, la reunión de pauta suponía una junta de amigos, quiénes amaban tanto tu trabajo que no podían evitar hablar de él. Y la lectura, claro, era el hobbie mas querido. Para quien sentía el periodismo en sus venas, sin duda era un gusto trabajar para ello.

La responsabilidad social de tener en las manos la información y poder presentarla de la forma que estimen conveniente, la oportunidad de usar este medio como herramienta, ya sea para ayudar a las clases más desvalidas o para hacer de éste un país más democrático; la posibilidad de ayudar desde su escritorio a formar la opinión de alguien, o simplemente ampliar el punto de vista de una persona para que pueda tomar la decisión correcta, hace de esta profesión (hoy en día) una tarea ardua, interesante y éticamente intrincada.
Pero en estos tiempos se ven periodistas o “comunicadores sociales” lejanos a ese contexto épico del periodismo de antaño. Quizás más ególatras, más ingenuos, sin calle, sin afán por saber y relatar para el pueblo. Menos enamorados del oficio, o menos ilustrados en cuanto al verdadero rol del periodista en el mundo de hoy.

Aunque poco se les puede pedir con lo deshumanizante que se ha vuelto la profesión, cada día más presionados a trabajar a la velocidad de la luz, lo que los obliga a escribir sin darle mucha vuelta al asunto, sin reflexionar y opinando a destajo, también se advierte la falta la investigación acuciosa de ciertos temas, lo cual debe ser difícil con el editor encima pidiendo la primicia.

Quizás deberíamos retornar a ese periodismo donde el editor era un padre sabio y comprensivo, que enseñaba las viejas tradiciones éticas que tanto faltan hoy. Volver al periodista callejero que chocaba con la realidad, la investigaba, procesaba y relataba minuciosamente, dirigiendo sus palabras al lector critico, informado y agradecido.

También resulta difícil hacer periodismo en un contexto donde los Medios de Comunicación tienen tanta relevancia, donde hacen y deshacen en cuanto a manipulación y censura, además de los monopolios, o los ataques directos contra periodistas, son los tapujos que llevan al desencanto y el enlodamiento de la profesión. En América Latina estos temas están vivos, y día a día atormentan el debate público libre y pluralista. Es por eso que se han formado entidades que se dedican a defender la libertad de expresión y la prensa en América; la Sociedad Interamericana de la Prensa, es una organización sin fines de lucro, nacida en Washington. Principalmente, alienta el conocimiento y el mayor intercambio de información entre los pueblos de América en apoyo a los principios básicos de una sociedad libre y de la libertad individual, además de defender la dignidad, derechos y responsabilidades del periodismo.

A pesar de todo lo que hoy ocurre en el contexto tanto político como laboral, no podemos desconocer que lo que nos hace falta hoy son Quijotes de la prensa, personas dispuestas a vivir para el oficio, faltan amantes de la democracia y la verdad, genios de la norma y moral ética, luchadores empecinados por la libertad de expresión; faltan apasionados por el periodismo, falta el periodista crudo, desgarrado, quien con su manuscrito ensordece, aquel que saca a relucir la verdad con su texto de estandarte, ese que derrama la sangre de tinta por su convicción de informar.

Newton y la tradición hermética.

¿Por qué Newton renuncia a la tradición hermética, y cuál sería la tragedia del hombre moderno a la que se ve enfrentado?

Keynes nos propone en este texto que Newton comienza sus estudios desde el hermetismo, es decir, desde una tradición antigua y sagrada inspirados por el conocimiento que recibió el hombre de lo divino, donde se entendía a la naturaleza como un ser viviente, dinámico, creado por dios, que se relacionaba con la alquimia en su forma más pura y simple, la que representa un enigma que Isaac pretendía dilucidar.

Pero cuando a mediados del siglo XVII la Guerra Civil rompió con el esquema feudal pudo imponerse sobre éste, el sistema capitalista, se hicieron preponderantes las ideas burguesas como el “laissez-faire” y otras más políticas como relacionar el pensamiento oculto (alquimia) con el revolucionario… tildando al hermetismo de herejía, además lo percibieron como un inconveniente para la economía. Lo anterior debido a que ver a la tierra como un ser viviente implica la idea de violación al extraer, en cuanto ver la tierra como un ser inerte no opone impedimentos para hacer uso de sus riquezas en el beneficio propio.
Es por eso, que Newton en un afán de sentirse aprobado y validado socialmente, deja sus primeras aproximaciones a su teoría de lado e incluso se retracta, convirtiendo su discurso alquimista en uno mecánico, se adscribe a un concepto de materia muerta, estable, predecible, ordenada, y por ende muy concordante al tipo de sociedad esperada por el capitalismo, es decir: basada en el orden social y la ley.

Cuando debe retractarse de sus creencias más intimas (hermetismo) por la represión social, y debe subyacerse ante el triunfo de la idea científica dura, es cuando Newton se enfrenta a la tragedia del hombre moderno, es decir, cuando la conformidad externa provoca la negación de principios internos. Finalmente se le conoce como el padre de la filosofía mecánica, la cual deja de lado el aspecto dialéctico, irracional del cual era heredero.

Mi experiencia mechona Extreme

Cuando en 3ro medio me decidí por la Chile, siempre fue tema (para mi madre) el temido “mechoneo”, pero siempre a mi juicio eran puras exageraciones, yo lo veía solo como un tierno juego donde nos embarrarían con barro, pintura lavable, challa, y a lo más un huevo; luego nos enviaban (en mi pacifica historia mental) a pedir unos $500 para devolvernos los zapatos y mochilas.
Que inocente criatura fui.
Hoy campante con mi peor ropa, llegue a nuestro ICEI (¿para qué vamos a entrar en detalles de cómo corren los rumores?), la mirada maquiavélica de mis compañeros de 2do, ratificaron lo que ya me esperaba.
Ansiosa entré a la clase con Antezana, cuando a los 15 minutos, comenzamos a escuchar los golpes en las ventanas, los alaridos, y las vociferaciones con que reclamaban a sus presas. Los paseos tras las cortinas de ELLOS vestidos de negro con un cartel que decía “Teo, lista negra” me anticiparon que esto no era el juego que yo pensaba.
Entraron, nos amarraron y pintaron, para luego llevarnos en fila a lo que sería una especie de prueba “pelotón”: punta y codo por el barro con la manguera encima. Luego dejaron caer sobre nuestra espalda un líquido que supongo era mayormente vinagre (con algún otro agregado), pasta de dientes en las cejas, kétchup en el pelo, mostaza en la ropa y piel. El posible corte de pelo era su coartada perfecta para mantenernos a sus órdenes.
Ya en la cancha Calama, me llaman a concursar para reina mechona, pruebas como bailar reggeaton, reventar globos, koala, y hacer “algo” entre tú y tu pareja con un plátano; me dejaron “casi reina” y coronaron a la jugada Vale Burgos.
Hasta ahí era todo asqueroso, pero ameno en cierto modo. Cuando a uno de nuestros compañeros se le ocurre la fantástica idea de vaciar el bidón de vinagre sobre la ex reina mechona Paz, lo cual provocó la furia en sus defensores y la desgracia en nosotros.
De ahí en adelante la historia deja de ser grupal, de a 2 o 3 salimos a pedir la plata que nos cobraban para recuperar zapatos, mochila y carnet. Los $8500 por persona son la consecuencia de intentar mechoniarlos a ellos.
Las dos horas en Grecia con Macul, y casi 3 horas en Provi , para mi dieron el resultado que esperaba… $7000. Con lo cual me devolví y exigí que me dieran mis cositas.
Debo decir que en un momento me sentí agotada, choriada, chata del calor, etc. Pero cuando me lo tome como el juego que en un principio significo esto para mí, y pude con una sonrisa decir – tío, una monedita para que me devuelvan la mochila- todo se tornó más happy y no falto el señor que en vez de sacar una moneda, me dio un billete.
Ahora luego de haber pasado el mítico mechoneo de la chile, puedo decir desde la experiencia que aunque digan que esta es una mala práctica, que “pobres cabros” y blablá bla, finalmente por algo es una tradición y ahora lo sé, la unión de los mechones ante el “enemigo”, la emoción de juntar toda la plata o la misma infantil diversión de que te estén mangueriando hace de el mechoneo un hito muy especial para la generación.
Pero de todas formas no lo sabes hasta que lo vives, asique prepárense mechones 2011, que les haríamos flaco favor si los eximiéramos de esta primera prueba al entrar a la universidad.

La Angustia Sartriana en Mi Vida

Mi Angustia.

A cada momento debemos elegir, desde detalles hasta cosas trascendentales, ese elegir, como única condición en nuestra vida, es vista por Sartre como una coartación a nuestra libertad absoluta, ya que como él dice, la única forma de tener libertad absoluta es que no hayan normas de ningún tipo enfrentándose al individuo. Y la norma número uno en nuestra vida es que, querámoslo o no, debemos elegir y por ende hacernos cien por ciento responsables de nuestra existencia, de lo bueno y de lo malo, de lo pasado y de lo futuro.

Enfrentando esa condición, nos damos cuenta que hay un sentimiento que embarga esa situación, y es que cada decisión implica un riesgo ya que no sabes si la decisión está bien o mal, y entre mil posibilidades debes elegir solo una. Ese miedo, que al fin y al cabo es un miedo a la nada, es la angustia.

Hay momentos en la vida donde debemos elegir cosas como: pan con mantequilla o con jamón… pero hay otros donde sabes muy bien que tu decisión puede cambiar tu vida en 180°, estas parado en una rotonda y tienes 10 calles para seguir, que cada una de ellas te llevara a lugares totalmente diferentes, no ves mas allá de 10 metros, no sabes lo que te espera, lo único que sabes es que además de toda esa angustia que sientes al no sabes cual camino elegir, hay una fecha, un día tope donde debes haber elegido uno de los caminos. En ese tipo de momento me encuentro, para diciembre de este año, ya debo haber elegido una carrera que estudiar, y a pesar de que esa decisión está condicionada por el puntaje PSU, de todas formas mi puntaje responderá sola y únicamente a la seguidilla de elecciones anteriores a ese día, cuando decidí dormir 1 hora más en vez de estudiar, cuando llovió y me perdí una clase en el preu, cuando me dio lata pescar una clase de matemática y justo ese contenido puede que me reste 20 puntos en la gran prueba… y bueno también todos los carretes que me perdí por ir a clases los sábados en la mañana, y las horas de sueño sacrificadas por estudiar días antes de una prueba; lo que quiero decir, es que como dice Sartre “ El hombre no es otra cosa que lo que el mismo se hace” , y mi puntaje no responderá más que a mis continuas elecciones, porque como dicen por ahí, es 1% de talento y 99% de esfuerzo.

Pero mas allá de el numerito que aparezca ese día a las oo:o1 y empiece con 5, 6, 7 u 8 … (sueño con que sea un 8), finalmente eso no decidirá por mí que carrera estudiar, y ese salto al vacío, ese salto a mi propio futuro, la incertidumbre de cuál de todos los caminos me hará más feliz, me tiene angustiada, y esta nausea muchas veces no me deja pensar bien, todas las posibilidades tienen sentido en algún aspecto, nada es definitivo, cada camino abre un abanico de posibilidades…comienzo a preguntarme entonces ¿Qué quiero?, ¿Qué estoy buscando? ¿Qué me hará más feliz?... aquí es cuando aparecen el millón de consejos, puntos de vista, familiares, amigos, profesores, me demuestran su cariño dándome pistas; tíos me dicen que sin dinero no hago nada, que estoy lista para derecho “ luego tendrás tiempo para tus hobbies”, y así miles de consejos, comentarios, que la universidad de Chile esto… que la Católica esto otro… y las privadas, uuuh si han mejorado tanto…

Y cito nuevamente a Sartre: “El hombre no tiene otra salida que si mismo, su propio proyecto” y así es, nadie me podrá ayudar a la hora de elegir, la elección nace esencialmente en el interior, y el vértigo se apodera de mi… nuevamente estoy sola, frente a los miles de caminos, tengo una vaga idea de hacia dónde me llevaran, pero nada seguro, lo único claro es que nosotros creamos nuestro mundo, solo debo estar segura de que tipo de mundo deseo crear para mi vida, y aquí aparece un tema muy importante, el autoconocimiento, conocer mis limites, mis gustos, mis metas, debilidades y fortalezas, de esa forma sigo mi naturaleza, ser lo que uno es y nada mas; comienzo a responder las preguntas ¿Quién soy? ¿Qué estoy buscando? ¿Qué me hace feliz?, con ayuda de la introspección, comienzo a aliviar mi angustia, y me comprometo con migo y con mi futuro, voy descartando algunos caminos… solo quedan 3 ó 4, cada vez más segura de lo que busco, veo un futuro un poco más claro, pero nada es certero ni lo será, ni al momento del salto ni cuando caiga, la condena a elegir es perpetua, y lo único que nos queda es aprender a vivir con ella, tomar conciencia de que todo está en nuestras manos, que cada elección por pequeña que sea define algo en ti y que finalmente somos artífices de nuestro propio ser.

De todas formas sigo aquí, con la angustia pegada al pecho, lista para saltar, valiente ante el futuro que yo forjé, con la mirada en alto ante el devenir que se aproxima vertiginoso.